EXPEDIENTES X


Ovnis contemporáneos

A finales del siglo xix se produjo la denominada oleada de aeronaves de 1896-1897, también referidas como dirigibles misteriosos o dirigibles fantasma, aludiéndose a la visión de una clase de objetos voladores no identificados reportados a partir de una serie de informes periodísticos originados en el oeste de Estados Unidos y que se extendieron hacia el este del país desde finales de 1896 hasta principios de 1897. Se consideran la antesala y los predecesores culturales de los modernos avistamientos de ovnis.​

Las acuciantes necesidades de información vividas por la CIA en particular y el gobierno estadounidense en general sobre lo que sucedía en el interior de la Unión Soviética llevaron a desarrollar multitud de globos aerostáticos con el objetivo de captar indicios sobre los progresos soviéticos.​ Muchos fueron lanzados desde distintos lugares con la esperanza de que cruzaran el país enemigo para ser rescatados después con algún resultado. Uno de dichos intentos era el Proyecto Mogul que analizaba el aire para buscar evidencias de pruebas nucleares soviéticas. El Mogul estaba catalogado como secreto y actualmente se tiene por el responsable de lo que sucedió en el pueblo de Nuevo México,incrementado también por la próspera industria turística local.​ La posibilidad de tener guardado y en secreto un acontecimiento como ese, la evidencia de haber sido visitados por una inteligencia extraterrestre, es considerado de todo punto imposible por autores como Ricardo Campo, pues empequeñecería lo realizado por Colón o por el Proyecto Manhattan del que ya tenían noticias los soviéticos antes de su culminación.​El español esgrime que ni la fabricación de las armas nucleares pudo mantenerse bajo secreto, pese a existir un acuerdo previo de silencio, mucho menos ocultar durante décadas un descubrimiento de capital importancia para toda la Humanidad como es la prueba irrefutable de otro tipo de vida inteligente.

Documento sobre avistamiento de un OVNI ocurrido el 16 de diciembre de 1977, en el estado de BahíaBrasil.

Tras estos sucesos, la lista de avistamientos continuó aumentando hasta que su número fue considerado preocupante por la administración Truman, que ordenó las primeras investigaciones que desembocarían en el posterior Proyecto Libro Azul. Sagan indica que, cuando él fue asesor científico del proyecto, encontró un ambiente de malestar y desidia en las Fuerzas Aéreas, tanto es así que la primera denominación fue «Proyecto Fastidio« o «Project Grudge» en inglés.​

Otro suceso que terminaría repercutiendo en el tema ovni se produjo a principios de los cincuenta, cuando Donald Keyhoe, exoficial de la USAF y participante en el Proyecto Libro Azul, comenzó a ser oído junto a su mensaje de advertencia sobre lo intrínsecamente peligroso de las armas nucleares y el cuidado que debía tenerse con las mismas. A partir de aquellos avisos comenzaron a surgir otros que decían haber contactado con extraterrestres, quienes les transmitían el mismo mensaje.​

En 1961 Betty y Barney Hill afirmaron que la noche del 19 al 20 de septiembre habían sido abducidos por un platillo volante. El matrimonio no se puso de acuerdo en varios detalles, pero los dos coincidían en que al final los dejaron bajar, habiéndoles borrado los recuerdos de lo sucedido. Pese a que el especialista que los trató definió el caso como una especie de sueño, testimonios como el de los Hill comenzaron a reproducirse tiempo después en varios lugares del mundo, aumentando progresivamente las acciones realizadas a los abducidos, siempre según los testimonios de los propios abducidos. Así se han declarado casos en que los extraterrestres les realizaban exploraciones internas, implantes de dispositivos intracutáneos e incluso inseminaciones. Resulta necesario puntualizar que para psicólogas como Susan Clancy, de la Universidad de Harvard, dichas acciones pertenecen a la esfera del sueño, la fantasía o el fraude, pero «Las abducciones no suceden en el mundo real».​Confirma las palabras de la psicóloga el hecho de que ninguno de los supuestos abducidos haya podido aportar pruebas fehacientes de lo sucedido, los implantes nunca se han encontrado, las marcas en el cuerpo son compatibles con muchas otras lesiones cotidianas y jamás se ha traído objeto alguno que poder analizar, ni aparecen publicados, comenta Sagan,​ artículos en revistas científicas sobre nuevos materiales desconocidos hasta el momento.

Esta deriva en el tema ovni hacia unos encuentros cada vez más cercanos es, para Luis Alfonso Gámez, el ejemplo de que el mito ovni se ha destruido a sí mismo, «porque ya no le queda más por inventar».​

Investigación

Broma de Patrick Marechal de un ovni fabricado por él en Valonia (Bélgica) siguiendo las descripciones de la Oleada belga.

El gobierno de Harry Truman emprendió una investigación para saber si el espacio aéreo estadounidense estaba siendo violado con cierta periodicidad por prototipos o ejemplares de pre-serie fabricados por otras naciones, especialmente la Unión Soviética. La primera de dichas investigaciones oficiales comenzó en 1947 bajo el nombre de Proyecto Signo, en 1949 se rebautizó como Proyecto Fastidio​ y en 1952 como Proyecto Libro Azul, que seguiría investigando casos hasta 1969, para comenzar después el Proyecto Libro Blanco.​

Sería tras el Proyecto Libro Azul cuando comenzó la Ufología con tal nombre. Uno de los asesores participantes en aquellas investigaciones fue Joseph Allen Hynek. A este astrónomo se le debe la clasificación en tipos de encuentros, mal traducido por «fases» en películas como Encuentros en la tercersa fase, también la decisión de cambiar el término «platillo volante» por el más genérico «objeto volador no identificado», traducido del inglés «unidentified flying object» (UFO),​ término que persiste hasta nuestros días y da nombre a la disciplina que estudia los casos de ovnis, la ufología.​

Los objetivos de dichos programas eran tres:

  • Esclarecer si el espacio aéreo estadounidense estaba siendo violado.
  • Saber si los platillos volantes podían constituir un peligro para Estados Unidos.
  • Obtener, en la medida de lo posible, algún conocimiento o ventaja tecnológica.

En 1969, el último de dichos programas, el Proyecto Libro Azul, fue cerrado habiendo reunido decenas de miles de expedientes y con la conclusión clara de que los ovnis no suponían un peligro para la seguridad nacional.

Líneas de investigación

En las investigaciones financiadas por las distintas administraciones participaron algunos de los más conocidos expertos, bien como directores o como asesores, entre ellos los cuatro que han marcado las cuatro líneas de la literatura ufológica:​

  • Donald Keyhoe: ingeniero aeronáutico y postulador de la hipótesis según la cual las Fuerzas Aéreas estadounidenses tenían pruebas de la llegada de seres extraterrestres.
  • Josef Allen Hynekastrónomo y más moderado en los planteamientos que Keyhoe, también terminó afirmando que se ocultaban pruebas sobre la existencia de visitas extraterrestres.
  • Carl Saganastrofísico y defensor de la vida extraterrestre, pero escéptico de que la Tierra haya sido visitada en el presente o en algún momento del pasado.
  • Donald Menzel: astrónomo y aún más escéptico que Sagan, autor de la frase «en primer lugar esos objetos si están identificados, sabemos lo que son, en segundo lugar en muchos casos no son volantes y, por último, en la mayoría de los casos ni siquiera son objetos».

Clasificación de los ovnis según su observación

Durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul, Hynek propuso dos clases de observaciones con tres tipos cada una:

Encuentros lejanos

Estos son los realizados a más de 150 metros de distancia (500 pies) y Hynek propuso tres tipos:​

  • Discos redondos: objetos vistos por el día con formas generalmente redondas, en cualquier caso distintos a las de aparatos convencionales.
  • Ecos de radar: detecciones realizadas por radares primarios que no se identifican a sí mismas.
  • Luces nocturnas: luces de distintos colores que no se pueden asociar a las luces anticolisión de aeronaves convencionales.

Encuentros cercanos

Son los realizados a menos de 500 pies (150 metros) y se dividirían en tres tipos:

  • Primer tipo: es cuando se divisa un objeto no identificado volando o en el suelo, en este último supuesto lo avistado no sería un ovni, pero se decidió incluirlo si se le suponía la capacidad de volar. Es el que más casos reúne según Hynek.
  • Segundo tipo: para Hynek se da cuando el objeto deja cualquier tipo de huella, como vegetación quemada o marcas en la tierra.​
  • Tercer tipo: aparece cuando se observa a un tripulante. Es la más escasamente reportada.​

Posteriormente otros escritores como Fabio Zerpa las ampliaron a seis:

  • Cuarta fase: el testigo ingresa en la nave, como en los casos de abducción.
  • Quinta fase: contactos telepáticos, de mente a mente.
  • Sexta fase: señales radiales o radioastronómicas.

Clasificación de los ovnis por su forma

Diversas formas de ovnis.

Para Hynek los avistamientos lejanos contemplarían tres configuraciones diferentes: luces nocturnas, ecos de radar y discos diurnos.25​ Para otros las formas presentadas por los ovnis son muy variadas; tanto es así que Ballester Olmos califica de inútil cualquier clasificación, porque todos los «casos positivos», los que no se pueden explicar, son únicos.​ No existe una tipología clara ni un patrón que se repita. Para complicar más la situación, muchas de las descripciones se obtuvieron mediante declaraciones únicas y por consiguiente resultaron imposibles de verificar. Pese a todo se han apuntado ciertas formas, más o menos coincidentes.

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